YO SOY la vid verdadera

¿Sabes qué es una vid?  Sí, una vid es un arbusto trepador cuyo fruto se da en racimos de pequeñas esferas llamadas uvas.  De ellas se extrae el vino. Cuando Jesús descendió del cielo como el Mesías que habría de redimir a Israel, este lo rechazó.  Pero Jesús sabía a lo que había venido.  “YO SOY la vid verdadera”, dijo Él y “Vine a traerles un regalo de amor”.  Y… ¿en qué consiste ese reglo?  “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna”.  ¡Qué clase de amor amados hermanos!  Él sabía a lo que había venido.  De antemano conocía el costo.  Pero no se amedrentó ni se entristeció.  Llegado el momento, comenzó su ministerio que era llevar el mensaje de salvación por todo Israel. 

“YO SOY la vid verdadera.  Jesús hizo uso de parábolas.  Las parábolas son sucesos fingidos de los cuales se extrae una enseñanza moral o espiritual.  Le seguía mucha gente.  Algunos eran impactados por su sabiduría y la pasión que ponía en su mensaje.  Los ancianos y los maestros de la ley se molestaron mucho.  Decidieron seguirlo para ver cómo podían silenciarlo.  La mayoría rechazó su mensaje.  Pero hubo un grupo que quedó impactado con su Palabra.  Con el tiempo se convirtieron en sus discípulos.  Nada ni nadie pudo detener la misión de presentar el mensaje de salvación al mundo.  Para eso había venido.  Como consecuencia, esa misión lo llevó al Calvario.  Fue allí por ti y por mí. 

Hay alguna similitud entre nuestra generación moderna y ellos?  ¿Cómo respondemos nosotros hoy a su mensaje de salvación?  Nosotros tenemos el privilegio de conocer el Antiguo y Nuevo Testamento.  Nuestra responsabilidad es mayor.  A mí, el Señor me llama y me dice: “He puesto mi Palabra en tu boca y en tu corazón.  También he puesto mi pasión en ti para que seas instrumento de salvación para otros.  Sé un vid que lleve mucho fruto”.  ¿Estás preparado (a)?  El tiempo es corto pero aún hay lugar para ti.

Trae tu vid y preséntensela al Señor con todo el amor de tu corazón porque Él es la vid veradera.  A Él sea toda la gloria.  Reciban también todo el amor de mi corazón agradecido.  ¡Bendiciones!

 Fita Huertas