Día 31: Elijo la Restauración [Oración XL]

"El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes pastos me hace descansar, junto a aguas tranquilas me guía, restaura mi alma" (Salmo 23: 1-3).

Durante la mayor parte de mi vida adulta, he equiparado erróneamente estar ocupado con ser productivo. Soy culpable de lo acusado cuando se trata de vivir cada día a toda marcha. El resultado ha sido el agotamiento, el agotamiento y la vida diluida. El salmista está consciente de las necesidades de las ovejas ocupadas.

Dice que el pastor me hace acostarme en verdes pastos. Creo que esta parte es desconcertante. No dice: "Él te ayuda a acostarte" o "Él sugiere que acostarte en verdes pastos sería una buena idea si pudieras encontrar tiempo". Claramente dice: el Señor te hace acostarte.

Tal vez esté pensando que una buena siesta en pastos verdes sería bueno si hubiera alguno alrededor para descansar. Tal vez sus pastos verdes son solo verdes desde la perspectiva de Dios debido al bien que pueden producir. Quizás tu verde pasto sea una cama de hospital. Quizás tu verde pasto sea una soledad penetrante o una relación dolorosa. Tal vez sea una necesidad económica persistente y Dios te ha hecho recostarte en ese prado verde. Esa es la crisis de la restauración del alma.

No puede perderse el hecho de que en los evangelios, Jesús se quedó solo repetidamente. Hubo momentos en los que dijo: “Lo siento. Hoy no." Dejó a un grupo de personas en la orilla. Se alejó de una multitud parada en un campo. Se apartó de los discípulos. Se despertó antes del amanecer y se fue a un lugar solitario a orar. Y si Jesús, Dios, el mismo Hijo de Dios, no podía vivir en esta tierra sin caminar junto a aguas tranquilas, sin recostarse en verdes pastos, entonces, qué arrogante de nuestra parte pensar que podemos arreglárnoslas sin hacer lo mismo.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo la restauración. Padre Celestial, perdóname por la arrogancia que me mantiene huyendo, tratando de demostrar mi valía. Enséñame a descansar en ti, Señor. Ayúdame a aprender a decir “no” a aquellas cosas que me impiden sentarme a Tus pies. Dame un hambre y una sed de Ti que solo pueden satisfacerse con un tiempo a solas contigo.