Día 39: Elijo el Enfoque [Oración XL]

Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.

Todos hemos tomado fotografías borrosas en un momento u otro. Por lo general, en nuestro apuro por capturar el momento, no le damos suficiente tiempo a nuestra cámara (o celular) para enfocar la escena. Nos vemos con un desenfoque ambiguo, con colores y formas indistintas que insinúan cómo se suponía que debía verse la imagen. Con toda probabilidad, sin las líneas y los detalles distintivos de la foto que queríamos, la eliminaremos. ¿Por qué? Porque nadie puede apreciar una imagen que tú no puedes ver. El enfoque es importante. Los detalles son importantes.

La clave para perseverar al igual que para tomar una buena fotografía es enfocarse en el sujeto. Para el autor de Hebreos, no hay tema más importante en el que mantener nuestro enfoque que Jesús. ¿Por qué? Porque él es el autor y consumador de nuestra fe. Él puede comenzarlo y puede terminarlo, completarlo. Él es el pionero, ha ido por delante. También es el perfeccionador de la fe. Él mismo corrió la carrera. Cada mano restrictiva que él hizo a un lado. Puso su rostro en contra del pecado popular de la incredulidad y caminó con perseverancia paciente, confiando en que el Padre resolvería todo por él. Él dio el ejemplo.

Momento a momento, día a día, semana a semana, año tras año, si aprendemos a concentrarnos en él, encontramos la fuerza que se nos imparte, porque él camina con nosotros. Ese es el secreto. Podemos consolarnos sabiendo que él ya ha estado adonde vamos. Y continúa brindando todas las bendiciones espirituales que necesitamos durante los altibajos, las alegrías y los desafíos de esta vida terrenal.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo el enfoque. Señor, enséñame a mantener los ojos fijos en Jesús. Perdóname cuando trato de hacer las cosas por mi cuenta. Que tu Espíritu me guíe en todo lo que hago.