SEMANA #1: COMUNIDAD

DÍA 4: LO BUENO Y LO NO TAN BUENO
12 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Quizás has escuchado que las hormigas pueden cargar 50 veces el peso de su cuerpo. Si tú tuvieras esa habilidad, imagínate lo que podrías alzar. ¿Sabías que la biomasa combinada de las hormigas en la tierra aproximadamente es igual al total de biomasa de toda la gente en la tierra?

Las hormigas prosperan, en parte, porque forman comunidades complejas. Algunas hormigas viven en mega colonias que pueden extenderse por miles de millas. Recolectan y guardan comida. Se comunican y cooperan entre ellas mismas. Y tienen mucho que enseñarnos.

El rey Salomón, el hombre más sabio del mundo durante su vida dijo: “Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio” (Proverbios 6:6). Es un elogio sobre la ética laboral de las hormigas. Pero es no es la única razón para admirarlas.

Las hormigas viven y prosperan en comunidad. Es una gran excepción encontrarse a una hormiga solitaria. Dios creó a las hormigas para vivir en colonias. Ahí es que pertenecen.

Veamos por un momento en la narración de la Creación en el libro de Génesis:

 “Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz. Y Dios vio que la luz era buena”.

“Entonces Dios dijo: «Que haya un espacio entre las aguas, para separar las aguas de los cielos de las aguas de la tierra»;  y eso fue lo que sucedió. Dios formó ese espacio para separar las aguas de la tierra de las aguas de los cielos y Dios llamó al espacio «cielo». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el segundo día.

Entonces Dios dijo: «Que las aguas debajo del cielo se junten en un solo lugar, para que aparezca la tierra seca»; y eso fue lo que sucedió. Dios llamó a lo seco «tierra» y a las aguas «mares». Y Dios vio que esto era bueno” 

Entonces Dios dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. Que esas luces en el cielo brillen sobre la tierra»; y eso fue lo que sucedió. Dios hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. Dios puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra, para que gobernaran el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Dios vio que esto era bueno” 

Así que Dios creó grandes criaturas marinas y todos los seres vivientes que se mueven y se agitan en el agua y aves de todo tipo, cada uno produciendo crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Que los peces llenen los mares y las aves se multipliquen sobre la tierra».  Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el quinto día.  Entonces Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de animales, que cada uno produzca crías de la misma especie: animales domésticos, animales pequeños que corran por el suelo y animales salvajes»; y eso fue lo que sucedió. Dios hizo toda clase de animales salvajes, animales domésticos y animales pequeños; cada uno con la capacidad de producir crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno”

 “Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! 

Pareciera que todo era bueno hasta que llegamos al capítulo 2, donde el Señor dijo:  «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él». Así es, ahora Dios dijo: no es bueno… luego de haber dicho que todo era bueno excepto…

Dios había puesto a un alma en el jardín del Edén, un mundo perfecto. No había muertes, ni enfermedades, ni crímenes, ni conflictos, ni dolor, ni hambruna, ni odio, ni pobreza, ni políticos. Era un paraíso. El primer ser humano lo tenía todo incluyendo una íntima e inquebrantable relación con su Creador. Y aún así Dios dijo: “no es bueno que el hombre esté solo”. El primer dilema de la humanidad no fue el pecado, fue la soledad.

Tú sabes el resto de la historia. Dios creo a una mujer, una pareja perfecta para el primer hombre en ese lugar perfecto. Dios reconoció que Adán necesita compañía de alguien más.

Fuiste creado como cualquier otro ser humano en el planeta, para necesitar a otros. Estés casado o soltero, seas adulto o joven, introvertido o extrovertido, Dios te creó con el deseo de que vivieras en comunidad. Ahí es donde perteneces y donde crecerás y alcanzarás tu máximo potencial y propósito.

Tus circunstancias podrán parecer perfectas y aún así no es bueno que estés solo. Necesitas estar enlazado con otros en una comunidad saludable y cuidadora. Especialmente con el estilo de vida ajetreado en el que vivimos, conectar con tus hermanos cristianos en un grupo pequeño es una manera tremenda para ayudar y ser ayudado. Un grupo pequeño es el lugar ideal para derramar tu amor para otros y moverte en buenas obras. Es un lugar donde puedes ser motivado por otros y de manera recíproca. Es un lugar en donde: “lo no tan bueno” se convierta en “es bueno”.